El origen de la esencia del Mediterráneo

Según muchos estudios, la formación de este gran azul es fruto de los movimientos geológicos que ocurrieron hace mucho, mucho tiempo atrás. 

Hace aproximadamente 6 millones de años, el Mar Mediterráneo se desconectó del Océano Atlántico, dando lugar a la Crisis de Salinidad del Messiniense, durante la cual este se secó parcialmente. Aunque, tiempo después, esto tuvo su fin mediante una gran inundación a través del Estrecho de Gibraltar.

El Mediterráneo ha tenido mucho protagonismo a lo largo de los años. 

Muchas de las grandes civilizaciones de la historia se han desarrollado alrededor de él haciendo de este un gran factor para su supervivencia. Y no solo eso, sino que a lo largo del tiempo, el gran conocido Mar Mediterráneo ha sido nombrado de diversas maneras según las civilizaciones que navegaban por sus aguas: en la Antigua Roma se le denominaba “Mare nostrum”, que significa “mar nuestro” en latín. Para los egipcios era “el Gran Verde”; para los árabes se llamaba “mar intermedio” (“al-Bahr al-Mutawāsit”), para los turcos “mar blanco” (“Ak Deniz”) y en griego se le llamaba “Mesogeios Thalassa” que quiere decir “mar entre las tierras”. Finalmente, su nombre actual proviene también del latín “Mar Medi Terraneum” que significa, al igual que en griego, “mar en medio de las tierras”.

La esencia del Mediterráneo nace de la creatividad, de la búsqueda del sentido de la vida y de la sabiduría, al igual que del amor por el ser humano y la naturaleza. 

Dentro de él se han engendrado destacables personalidades que han dado grandes aportaciones a la humanidad en las áreas de la filosofía, el arte, la música, la literatura, la ciencia e incluso la tecnología. Los países, las personas y las culturas unidas por el vínculo del mar hacen que el Mediterráneo sea un lugar rico en diversidad. 

Actualmente, el Mar Mediterráneo es visitado año tras año por personas de todas las partes del mundo en busca de su esencia, su vida y su carácter.  Es un lugar de la Tierra de lo más especial, y no solamente eso, su gastronomía también es mundialmente admirada. Se basa en la calidad de los ingredientes simples, como el aceite de oliva, el pan, la pasta y el vino, para crear cosas extraordinarias. 

Ya lo decía el arquitecto catalán Antoni Gaudí: “Los habitantes de los países que baña el Mediterráneo sentimos la belleza con más intensidad”, y no se equivoca. 

Días bañados por el sol, noches estrelladas con las que compartir momentos únicos con tus amigos, la autenticidad y la belleza de los mil colores azules verdosos del mar. 

Cada uno de nosotros vive el Mediterráneo a su manera, tiene un recuerdo diferente que le hace sentir distinto, pero hay algo que todos tenemos en común: la paz que te brinda en los momentos en que más la necesitas. Escuchar las olas del mar sentado sobre la arena o flotar en el agua y olvidarte de todo por un momento. 

Es difícil describir la esencia del Mediterráneo, pero para nosotros su principal característica es que te llena de energía, y, sobre todo, te invita a compartir.

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