La basura de los océanos: más allá del plástico

Nuestros mares y océanos cada día se parecen más a inmensos vertederos donde se albergan cualquier tipo de residuo que utilizamos normalmente en nuestro día a día. Y aunque muchas veces se hable solo de plásticos, la basura que encontramos en nuestras playas es lo más variada posible.

Basta con visitar la costa después de un gran temporal de lluvia para descubrir todo lo que el mar nos ha devuelto: una inmensa cantidad de desechos que convierten las playas en un escenario de lo más dantesco y aterrador.

Como ya es sabido, millones y millones de toneladas de basura acaba en nuestros mares cada año. Entre un 60 y un 90% son plásticos, dependiendo de la zona del planeta, donde abundan las bolsas, las latas de refresco, botellas de plástico o colillas.

El otro 10-40% está compuesto de otro tipo de materiales elaborados a partir de madera, vidrio o incluso metal. En el fondo de los mares, se han llegado a encontrar muebles de cocina, tazas de váter, colchones, mesas, árboles de navidad, ropa e incluso vehículos.

Pero este tipo de materiales normalmente no se acerca a la arena de nuestras playas sino que se queda en lo más profundo de los océanos. Solo el 15% del total de la basura marina termina en nuestras costas. El resto, un 70% se hunde en las profundidades y el 15% restante se queda en la columna de agua.

Y es que el hecho de que no veamos todos estos residuos, no significa que no estén. Es más, la zona donde más presencia tienen corresponde con la parte mediterránea noroccidental (costas de nuestro país, de Francia e Italia), donde la cantidad de unidades de plástico por kilómetro cuadrado es mayor que en otros lugares de costa.

Además, otro dato muy llamativo es que el 80% de toda esta basura es producto del ser humano y de nuestra manera de gestionar los residuos. El resto proviene de actividades que ocurren en los propios mares y océanos (pesca, transporte marítimo, instalaciones marinas y sistemas de alcantarillado).

Esto demuestra que solo desde tierra podemos hacer que estos datos escalofriantes dejen de ser tan terribles. Y es que aunque nuestros mares y océanos ya hayan sido invadidos por nuestra basura, todavía podemos hacer algo para mejorar esta situación.

Colaborar con limpiezas de playas, ser más conscientes a la hora de consumir artículos de un solo uso o simplemente informando, podemos hacer de nuestras queridas playas el lugar que todos deseamos.

Y recordad: no podemos perder de vista que cada residuo que generamos, tiene una manera de ser reciclado. Entre todos podemos conseguirlo.

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